23.6.06

Metí el libro en la bolsa y decidí llevar los folletos también ante la posibilidad de haber dejado huellas. Salí de allí con un nerviosismo mayor del que experimenté al entrar. Antes de saltar la verja intenté centrarme un poco.-” No la cagues ahora tío” me dije, aspiré profundamente y salté con agilidad encaminando mis pasos hacia el coche.
Estaba tan nervioso ante mi primera experiencia delictiva de primera división que, encajar la llave en la cerradura costó lo suyo. La paranoia se hacía insufrible por momentos. Todos me miraban ; al poner el pié en el embrague, mi pierna temblaba descontrolada. Salí a los tirones, transpiraba copiosamente y aproveché el primer semáforo adverso para tranquilizarme un poco. Revisé mentalmente la posibilidad de haber cometido un error que me delatara y lo único inquietante era haber reconocido interés por DML los días que fui al bar próximo. Confiaba en que el robo no se descubriera pronto y que se olvidaran de mí o no me relacionasen con aquel asunto. Pensé que lo mejor era seguir yendo al bar unos días más pero estaba seguro de no tener huevos para hacerlo y aumentaría así la posibilidad de meter la pata.
A poco de llegar a casa sonó el teléfono.
-Agencia de detectives el águila tuerta, dígame, solté convencido de que se trataba de Agustín. Siguió a mi respuesta un silencio incómodo, y sintiéndome un poco tonto confesé: - Perdón, era una broma, ¿quién habla?.
-¿Siempre atiendes así el teléfono?, preguntó una voz de mujer asombrada.

No hay comentarios: