24.7.06

In memoriam Lucca Godino


En lo que a mí respecta, esta historia se termina aquí; es bastante desagradable y repetitivo asistir a los vanos esfuerzos de este desequilibrado para exculpar a su "maestro".
Lo importante de estos hechos es que me permiten aclarar la suerte de nuestro becario desaparecido veinte años atrás.
Lucca Godino apuntaba maneras; se decía que era hijo de uno de los hombres más crueles de la historia de la criminalidad.
Cayetano Santos Godino, quien bajo el sobrenombre de: El petiso orejudo, dejó perpleja a la sociedad argentina de los años veinte del siglo pasado con sus horrendos crímenes.
Elsa Lavalle era una prostituta, que sembró la tierra sin saberlo, de un malvado de aupa.
Aprovechando vuestra endemoniada tecnología, os dejare pistas para que conozcáis al idiota supremo convertido en monstruo.
Damas y caballeros, con Uds. : Santos Godino

5 comentarios:

Susy dijo...

Luzbel, me parece acertado el desenlace de la historia y, muy bien, el melancólico e intencionado enterramiento, a mayor gloria y general liberación del narrador que lo escribe.

Sobre "el orejudo" oí hablar de pasada en alguna ocasión.Es interesante el caso, mucho. Lo volveré a leer.

P.D. Una vez mas, no se interpretar tu comentario en mi blog.

Un abrazo.

Trenzas dijo...

Aquí no llego tarde :)
Interesante blog el tuyo. He estado leyendo un buen rato y me gusta el estilo.
Fascinante la cita con el electrodeméstico :DDD
Interesantes personajes y buen desarrollo. Me voy a ir quedando, pero no sé si leeré más biografías de asesinos infantiles ¡buff.., que horror! No tenía ni idea :(
Saludos, amigo

Anónimo dijo...

Luzbel, será mejor que te alejes un poco del mal. Hay que leer cosas que nos alegren el espíritu y no a estos genocidas impunes.
Un beso!

Lúzbel Guerrero dijo...

Bueno Rosa roja, no tan impune, Cayetano Santos Godino compartió un infierno hasta su muerte en 1944. Recibió miles de palizas y vejaciones sexuales por parte de sus compañeros en el penal de Ushuaia(la cárcel del fin del mundo). En 1933, y fiel al llamado de la crueldad que habitaba en su interior, mató a la mascota de los presos, un gatito al que arrojó(aún vivo) a las llamas de una caldera; fué tal la tunda que le propinaron algunos de los penados que tardó mucho en recuperarse. Una vida en el desprecio, el frío y la violencia le esperó a partir de ese día.

ybris dijo...

Terrible figura la de Lucca Godino.
Buen estilo el tuyo.
Gracias por tu visita.

Un abrazo.