Mientras pasábamos las páginas, la personalidad de DML me iba seduciendo; ya no quería que este hombre fuera un asesino, y si lo fuera, no sería yo quien le descubriera. Veía en sus sueños y extraía de sus confesiones, de las poesías que recopilaba, la idea de una lucha dispar que estaba produciéndose. El mundo contra Domingo Moreno Lobo. Era evidente que odiaba la mediocridad sin poder escapar del todo a ella, buscaba a tientas un mundo luminoso que le daba la espalda y se refugiaba en sus pensamientos lúcidos por momentos y extravagantes, o mejor, incomprensibles en otros.
Intuía que a Sandra le ocurría algo parecido, o al menos lo deseaba como forma de medir su espíritu, sus otras medidas eran lo que yo necesitaba.
Sobre las siete hicimos un alto, la intensidad de nuestra curiosidad nos había tenido más de dos horas sumergidos en el libro. Eso sin haber tocado siquiera los múltiples tramos en Inglés.
Preparé unos bocadillos y abrí otra botella de cerveza. Al volver a la sala, la encontré extendida en el sofá con el libro apretado contra su pecho y la mirada perdida en el techo. Sin pensarlo mucho, me incliné y la besé en la boca; no colaboró, pero tampoco ofreció resistencia alguna y me sonrió, lo cual alcanzaba.
-Esto es para que veas que lo que te dije antes iba en serio.
Se incorporó, tomó mi cara entre sus manos y me besó a su vez. Dejé las provisiones y los vasos en el suelo y me senté a su lado . La cogí por la cintura mientras seguía dándome cortos y dulces besos con los ojos cerrados, y cuando mi mano comenzó a trepar en busca de algo con más entidad sexual me dijo:
- Vamos a comer.
Me sentía muy a gusto, comíamos y bromeábamos como si nos conociéramos desde siempre.
A eso de las ocho me dijo que tenía que irse. Con la promesa de llamar al día siguiente, me dejó a solas con el libro. No conseguí concentrarme mucho en él, por lo que lo dejé y fui a dar una vuelta por el parque con el alma llena.
2 comentarios:
Mira que te has inventado a una Sandra rara ¿eh? Con tantas mujeres normalitas que circulan por ahí.. Me alegra que hayas ido al parque con el alma llena.
Besos.
No se, no se... si es que el tío está salidísimo y ella una calienta...eso, o que ambos andan disimulando mientras dicen que buscan otras cosas.
Besos
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