8.1.06

El tiempo

No hay gran cosa para hacer en este sitio, y es verdad que hace mucho calor; es quizá lo único que coincide con mi idea preconcebida antes de venir. Recuerdo mi infancia en Rosario y puedo asegurar que los veranos allí eran al estilo. Aquí no hay moscas, para la observación o la crueldad, y me limito a contar las bocanadas de aire vivificante que me llegan del sur, a analizar su frecuencia e intensidad y generar así una teoría que pretenda situar este lugar en el mundo. Soy un gran experto en esta materia, pero no poder hablar de ello con nadie, me genera una frustración enorme, que canalizo ahondando mis estudios. He desentrañado el misterio de las estaciones en la apacible uniformidad de la eternidad, conocido el secreto de las religiones en un mundo sin ellas y hurgado en los confines de la trigonometría.
No sé cuánto llevo aquí, tantos catecúmenos he sido, como cátedras he creído alcanzar; lo que no deja de asombrarme es la ironía de recordar, vagamente, mi preocupación por la falta de tiempo en el lugar de donde provengo.

3 comentarios:

paper life dijo...

Gracias por tus palabras en vida de papel.

Yo creo conprender tu sentir.

Escribo mal en castellano por eso no digo mas.
Hasta siempre.

:)

nacho dijo...

Sólo hay poco tiempo para quien pretende llenarlo. O al menos, eso pensamos en el limbo de los sueños.

Andre_Ferreira dijo...

El realizador de cine Manuel de Oliveira una vez dice(quiza sitando otra persona) que le gustaba mas el clima del cielo pero que elejeria las compañias del infierno! Yo no creo en cielos o infiernos ademas de los que vivimos mientras la vida no nos acaba. Acaba! El tiempo podra ser uno de los infiernos o uno de los paraisos!
Un abrazo